Desde la Asociación Astronómica Cruz del Norte queremos poner de manifiesto nuestro compromiso con la protección del Cielo Nocturno. Es por ello que, desde nuestra asociación, estamos poniendo en marcha diferentes iniciativas de divulgación y lucha contra la Contaminación Lumínica.

La Contaminación Lumínica afecta directamente a la salud y bienestar de personas, animales y plantas, y nos impide disfrutar de la riqueza de una de las maravillas que nos ofrece el Universo: un cielo estrellado.


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¿Qué es la contaminación lumínica?

La mayoría de nosotros estamos familiarizados con la contaminación del aire, el agua y la tierra, pero ¿sabías que la luz también puede ser un contaminante?

El uso inapropiado o excesivo de la luz artificial, conocida como contaminación lumínica, puede tener graves consecuencias ambientales para los humanos, la vida silvestre y nuestro clima.

La contaminación lumínica es un efecto secundario de la industrialización. Sus fuentes incluyen iluminación exterior e interior de edificios, publicidad, propiedades comerciales, oficinas, fábricas, farolas y lugares deportivos iluminados.

El problema es que gran parte de la iluminación exterior utilizada por la noche es ineficiente, excesivamente brillante, mal dirigida, mal protegida y, en muchos casos, completamente innecesaria. Esta luz, y la electricidad utilizada para crearla, se desperdicia proyectándola hacia el cielo, en lugar de enfocarla a los objetos y áreas reales que la gente quiere iluminar.

Efectos nocivos de la contaminación lumínica

Durante tres mil millones de años, la vida en la Tierra existió en un ritmo de luz y oscuridad creado únicamente por la iluminación del Sol, la Luna y las estrellas. Ahora, las luces artificiales dominan la oscuridad y nuestras ciudades brillan por la noche, alterando el patrón natural día-noche y cambiando el delicado equilibrio de nuestro entorno. Los efectos negativos de la pérdida de este recurso natural inspirador pueden parecer intangibles. Pero hay evidencias que vinculan el brillo del cielo nocturno con impactos negativos medibles, incluidos:

  • Aumentar el consumo de energía.
  • Perturbar el ecosistema y la vida silvestre.
  • Dañando la salud humana.
  • Falsa sensación de seguridad.

Afortunadamente, la preocupación por la contaminación lumínica está aumentando. Un número creciente de científicos, propietarios de viviendas, grupos ecologistas y líderes políticos están tomando medidas para restaurar la noche natural. Todos podemos actuar para combatir la contaminación lumínica a nivel local, nacional e internacional.

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